Apple compra en Paraguay créditos de carbono de eucaliptos que exponen a comunidad a peligrosos agroquímicos
Exclusivo: Apple invirtió en créditos de carbono de una forestal que no respeta distancias mínimas ni aviso previo de uso de agroquímicos. En frente hay una escuela.
El 12 de septiembre de 2023, Apple realizó un anuncio importante.
Su nuevo reloj inteligente, el Apple Smart Watch Series 9, sería su primer producto de este tipo “carbono neutral”. Lisa Jackson, la vicepresidenta de políticas ambientales e iniciativas sociales de Apple explicó que detrás del logro se encontraba la inversión en energía renovable y reciclaje de minerales.
“Para el pequeño monto de emisiones restante (un 22%) son compensados por proyectos de alta calidad como bosques y humedales”, afirmó Jackson.
En una publicación del mismo día, Apple afirmó que “en el caso de los modelos neutros de carbono del Apple Watch” la compensación vendría de proyectos donde la empresa invirtió para “ayudar a restaurar y proteger bosques de explotación y ecosistemas nativos de gran calidad en Paraguay y Brasil”.
En Paraguay los “bosques” utilizados por Apple para su estrategia climática son plantaciones forestales de eucaliptos clonados.
Una investigación para Climate Tracker y Consenso con el apoyo del Pulitzer Center revela con documentos, visitas al terreno e imágenes satelitales que estos eucaliptos no cumplen con regulaciones de uso de agroquímicos, exponiendo a la comunidad Cañada Santa Rosa, y en especial a la escuela frente a los eucaliptos, a peligrosos pesticidas e insecticidas.
A esto se suman quejas del peligro de incendios forestales.
Entre los eucaliptos utilizados como créditos de carbono por Apple se encuentran los de la Forestal Apepú, que de acuerdo a sus propios reportes utilizan diferentes agroquímicos como el glifosato, considerado “probable cancerígeno” por la Organización Mundial de la Salud y relacionado a daños hepáticos.
Vista aérea de la escuela Santa Rosa de Lima. En frente se encuentran los eucaliptos de Forestal Apepú, registrados bajo créditos de carbono en Verra. Los eucaliptos utilizan diferentes agroquímicos sin respetar las distancias mínimas dispuestas en la ley paraguaya. Video: Nicolás Granada.
Los eucaliptales usan además otros químicos como el haloxyfop, herbicida altamente restringido en Europa, el sulfluramida, un insecticida que al degradarse se convierte en PFOS - más conocido como un “químico que persiste por siempre” en el ambiente. Y utilizan también fipronil, un insecticida considerado posible cancerígeno en humanos y prohibido en la Unión Europea.
De acuerdo a un estudio científico próximo a publicarse, el fipronil se encontró en el cabello de 51 niños expuestos al uso de agroquímicos en otras plantaciones agrícolas de Paraguay. Un anterior estudio ya había encontrado que los mismos niños también presentan daño genético relacionado a su exposición a pesticidas.
El uso de estos agroquímicos por parte de la Forestal Apepu era desconocido por habitantes de Cañada Santa Rosa, la comunidad aledaña a las plantaciones.
Entre quienes afirmaron no haber sido informados del uso de agroquímicos se encuentra el director de la escuela Santa Rosa de Lima, una institución educativa con 60 estudiantes que se encuentra a 30 metros de las plantaciones forestales.
Esto violaría la ley fitosanitaria de Paraguay, que exige el aviso previo a la comunidad del uso de agroquímicos y distancias mínimas de 100 metros entre plantaciones a ser fumigadas y lugares de aglomeración, como escuelas. Esto fue confirmado en un análisis jurídico del Estado paraguayo requerido para esta investigación.
Cómo Apple terminó pagando por eucaliptales en Paraguay
Un eucaliptal no es un bosque. Es un monocultivo. Uno que ya ocupa más de 300 mil hectáreas en Paraguay con el impulso explícito del Estado, bancos multilaterales y fondos del clima.
“Esto se da a partir de su rápido crecimiento y su relativa alta capacidad de captura de dióxido de carbono se presenta como una solución verde y a su vez económicamente atractiva por los mercados de carbono” a los que el país apunta como prioridad, explica Guillermo Achucarro, ingeniero ambiental, investigador en el área de políticas climáticas y transición energética en Paraguay y doctorando en Ciencias Ambientales por la Universidad Autónoma de Barcelona.
Vista de la entrada de la Forestal Apepú en Cañada Santa Rosa, San Pedro. En la esquina izquierda se pueden observar eucaliptales registrados bajo créditos de carbono en Verra. Fotografía: Nicolás Granada
Así nació la Forestal Apepú, dedicada a plantaciones de eucaliptos ubicadas en el departamento de San Pedro, una de las zonas de “mayor potencial” para este tipo de plantaciones de acuerdo a un informe del Instituto Forestal Nacional (Infona). Los eucaliptales de Forestal Apepú son gestionados por la empresa Unique Wood y financiados por Arbaro.
Arbaro es un fondo creado en Luxemburgo que recibió - y recibe - financiamiento de bancos públicos y privados de Europa como el Banco de Desarrollo de Países Bajos (FMO) - del cual obtuvo 8 millones de dólares - y el Banco Europeo de Inversiones para “proyectos forestales sustentables” en países como Paraguay. Con el mismo fin también recibirá hasta el 2035 unos 25 millones de dólares del Fondo Verde del Clima.
Aparte de este apoyo financiero, en 2023 Arbaro fue uno de los beneficiarios de los 200 millones de dólares que Apple inyectó a su llamado Restore Fund, una iniciativa impulsada por la empresa tecnológica en conjunto con la organización Conservación Internacional y Goldman Sachs, una de las principales entidades financieras del mundo.
Los bosques de explotación utilizados por Apple para su estrategia de carbono neutralidad son eucaliptos clonados como los que se ven en la Forestal Apepú. Fotografía: Nicolás Granada.
Los fondos de Apple estaban destinados a apoyar las plantaciones de eucalipto de Forestal Apepú y Forestal San Pedro - otra empresa de Arbaro en Paraguay - y utilizar sus créditos de carbono acreditados por Verra provenientes de dichas plantaciones para lograr la etiqueta de “carbono neutral” en su Apple Smart Watch Series 9.
En su reporte ambiental de 2025, Apple revela que compró 151.600 toneladas de dióxido de carbono equivalente (tCO2e) en créditos de carbono de ambas plantaciones de eucalipto en Paraguay. Apple utilizó estos créditos de carbono para compensar parte de la contribución de la empresa al cambio climático. 73.093 (tCO2e) corresponden a Apepú. Esto coincide con los registros de retiro de créditos de carbono de la Forestal documentados en el proyecto por Verra.
La multinacional no solo utilizó estos créditos para compensar por el daño climático de la manufactura de sus productos, sino también para emisiones vinculadas a la estructura corporativa, electricidad y viajes de trabajo de sus directivos.
En una nota publicada en su web, Apple definió su apoyo a la Forestal Apepú a través del Restore Fund como una acción “que cultiva raíces nuevas en el Bosque Atlántico”, citando además el apoyo a comunidades aledañas través de una asociación de venta de pollos, empleos en la forestal y el impulso a que ellos también planten eucaliptos en sus tierras.
Pero en Cañada Santa Rosa, una comunidad del norte de Paraguay ubicada frente a las 2488 hectáreas registradas como créditos de carbono por Forestal Apepú, no se sabe de Apple y su millonario apoyo a los árboles que tienen de eterno horizonte. Y en la escuela frente a parte de esas hectáreas, tampoco saben de los agroquímicos que las plantaciones utilizan.
Una escuela fumigada por eucaliptos para créditos de carbono
Tras una hora de cuidadoso manejo escoltado por un humedal de un lado y la cada vez más tupida hilera de eucaliptos del otro, llegamos al portón de la Forestal Apepú en San Pedro, donde nos recibió un guardia que se identificó como David.
David, quien se negó a dar su apellido, también negó de manera diplomática la entrada al predio y la posibilidad de hablar con alguien de la empresa. Según él, todo el personal estaba ocupado “debido a la visita de los dueños”.
David no supo especificarnos si por los “dueños” se refería a Unique Wood, el Fondo Arbaro o alguno de los numerosos entes que financiaron las plantaciones.
El portón de la Forestal Apepú se encuentra al principio del camino vecinal que la estancia de la empresa comparte con una pequeña comunidad. La Cañada Santa Rosa es un pueblo con agricultura y ganadería de subsistencia, dos iglesias, un centro de salud abandonado y una pequeña escuela que lleva el nombre del lugar.
Ubicación de la Escuela Santa Rosa de Lima en frente mismo a eucaliptos registrados por Verra como créditos de carbono. La escuela está a 30 metros de las plantaciones. La ley exige una distancia de al menos 100 para uso de agroquímicos cerca de instituciones educativas.
En la Escuela Santa Rosa de Lima nos recibió Hernan Alonso, profesor de castellano y guaraní y director de la institución educativa.
La escuela de la cual Alonso es director está ubicada frente mismo a los eucaliptos certificados para créditos de carbono de Forestal Apepú. Tiene 60 estudiantes de escolar básica que recorren a pie o en motocicletas el angosto e irregular camino de tierra que comparte la comunidad con las plantaciones.
“La Forestal usa mucho más el camino y lo mantiene menos” que los anteriores dueños de las tierras, dice el docente. Forestal Apepú adquirió de manera progresiva entre 2016 y 2020 el terreno, donde antes había ganadería y plantaciones de soja.
Aunque desde el patio de la escuela se pueden ver los árboles utilizados por una de las principales tecnológicas del mundo, con smartphones y más de 70 satélites en órbita, la institución educativa sufre que no llegue “al menos señal de celular” para enseñar a los estudiantes.
Alonso no sabía ni la relación entre las plantaciones y Apple ni que los eucaliptos en frente a la escuela que dirige utilizan peligrosos agroquímicos.
Lista oficial de agroquímicos utilizados en 2024 por Forestal Apepú Fuente: Resumen Público del Plan de Manejo Forestal y Resultados del Monitoreo 2024
De acuerdo con datos oficiales reportados por Forestal Apepú, entre 2023 y 2024 se utilizaron en los eucaliptos que rodean a la escuela y la comunidad glifosato, clethodim, isoxaflutole, fipronil y 2 litros y medio de haloxyfop-P methyl y sulfluramida.
En el caso del glifosato, el herbicida más utilizado del mundo está lleno de controversia luego de haber sido considerado “probable cancerígeno” por la Organización Mundial de la Salud. La evidencia lo relaciona a daños hepáticos, daño genético heredable de padres a hijos y afectación a ecosistemas acuáticos; razón por la cual la multinacional Bayer-Monsanto debió cerrar acuerdos por más de 10.000 millones de dólares ante demandas por sus efectos nocivos.
La muerte del niño Silvino Talavera en 2003 debido a intoxicación por glifosato fue el caso que llevó a Paraguay a establecer su actual ley de control de productos fitosanitarios.
Estudiantes de la Escuela Santa Rosa de Lima recorren todos los días el camino que separa a la institución de los eucaliptales, que violan la distancia mínima requerida para uso de agroquímicos. Fotografía: Nicolás Granada.
El fipronil es un insecticida considerado posible cancerígeno en humanos y prohibido en la Unión Europea debido al impacto en poblaciones de abejas.
Y es uno de los químicos que el equipo de la doctora Stela Benitez Leite encontró en el cabello de 51 niños y niñas de entre 5 y 10 años expuestos a fumigaciones en cultivos agrícolas en Canindeyú, el departamento contiguo a San Pedro.
Benitez Leite es pediatra, e investigadora científica especializada que desde hace más de una década lleva investigando el impacto de plaguicidas en Paraguay.
“Nosotros estábamos esperando encontrar glifosato o paraquat, nos llamó la atención que en el análisis encontramos fipronil” cuenta la investigadora.
Los resultados de este análisis están próximos a publicación en una revista científica con revisión de pares, pero otro estudio realizado sobre los mismos niños a través de análisis de sangre ya fue publicado y encontró en ellos daño génético. “Este daño puede ser heredado por los hijos de las personas expuestas, disponiéndolos a mayor riesgo de cánceres, malformaciones o Parkinson. Hablamos de generaciones en peligro” dice Benitez Leite.
La investigadora Stela Benitez Leite en el proceso de relevamiento de muestras de sangre y cabello para analizar exposición de agroquímicos en niños. Fuente: Documental “Los Campos Envenenados del Paraguay”.
Los eucaliptos plantados frente a la escuela de Cañada Santa Rosa en Paraguay y utilizados como créditos de carbono por Apple utilizan otro herbicida considerado por la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos como “posiblemente cancerígeno en humanos” y vinculado a daño hepático, el isoxaflutole.
En cuanto al haloxyfop, también utilizado en los eucaliptos de Forestal Apepú de acuerdo a su propia documentación, es un herbicida altamente restringido en Europa por su evidencia de contaminación de aguas subterráneas tras degradarse en el suelo, y por su comprobado impacto en peces.
Por último, el insecticida sulfluramida es problemático ya que, al degradarse, el insecticida se convierte en un PFOS - más conocido como un “químico que persiste por siempre” en la naturaleza.
Los PFOs se encuentran vinculados a impacto en peso de recién nacidos, problemas inmunes y de tiroides, daños hepáticos y cáncer. Debido a ello, su uso se encuentra restringido bajo el Convenio de Estocolmo sobre contaminantes orgánicos persistentes, ratificado por Paraguay.
Uno de los usos habilitados han sido para el control de hormigas en eucaliptales. Desde al menos 2019, organizaciones como el International Pollutants Elimination Network han pedido en el marco del Convenio de Estocolmo mayor control y una fecha límite para su uso en países como Paraguay.
Todos los pesticidas, herbicidas e insecticidas citados se vierten sobre los eucaliptos frente a la escuela Santa Rosa sin que ni su director ni sus estudiantes sepan de la exposición.
Una larga fila de eucaliptos en la Forestal Apepú, árboles clonados y plantados con el fin último de ser vendidos como créditos de carbono a cambio de compensar las emisiones de corporaciones en otros lugares del mundo. Fotografía: Nicolás Granada
De acuerdo con la ley, cualquier plantación que utilice agroquímicos debe estar a al menos 100 metros de lugares de aglomeración “como instituciones educativas”. La escuela Santa Rosa está a 30 metros. La ley también exige el aviso previo a la comunidad ante de cualquier aplicación de agroquímicos, algo que según el director de la escuela nunca sucedió.
Esto violaría la ley fitosanitaria de Paraguay. De acuerdo a un análisis jurídico obtenido para esta investigación del Servicio Nacional de Semillas, el ente encargado de controlar el uso de agroquímicos, las regulaciones de la ley fitosanitaria alcanzan a las plantaciones forestales.
Pese a ello, el Instituto Nacional Forestal, ente a cargo de regular plantaciones de eucaliptos, confirmó vía telefónica que no controlan su aplicación a la hora de otorgar las licencias necesarias para plantaciones forestales.
Forestal Apepú tampoco cita la ley entre el cúmulo de obligaciones y legales en su análisis de riesgos sociales y ambientales.
Y aunque reconoce el peligro de uso de pesticidas, sostiene que en el caso del glifosato y el fipronil “son productos de uso común en Paraguay, utilizados en las actividades anteriores en estos sitios (...) su utilización en las plantaciones es mucho menor comparado a la agricultura, y casi lo mismo o un poco más comparado a la ganadería”.
La respuesta se dio tras consultas de Verra en 2022 sobre el uso de pesticidas, donde la organización acreditadora de carbono también señaló que “las leyes que gobiernan el uso de pesticidas en Paraguay no son cumplidas”.
Los cuestionamientos de Verra provinieron de las conclusiones de Marcos Orellana, Relator Especial de Naciones Unidas sobre sustancias tóxicas y derechos humanos, tras su visita a Paraguay en 2022. Orellana no solo había criticado la falta de aplicación de la ley, sino que también trajo a colación lo que él llamó una “dolorosa hipocresía” por parte de fondos europeos, como Arbaro, que financian plantaciones que utilizan agroquímicos prohibidos en Europa.
Por último, Orellana había recomendado “con urgencia” un monitoreo epidemiológico por parte del Ministerio de Salud del país sobre el impacto de estos “peligrosos agroquímicos” en poblaciones rurales.
Todo esto en un país que ya cuenta con dos dictámenes en contra enviados al Estado por parte del Comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas debido al impacto de la exposición de agroquímicos en poblaciones.
Pese a esto y tras la respuesta de Forestal Apepú, Verra se dio por satisfecha, aprobando la revisión de los créditos de carbono que compraría después Apple.
La falta de protección a las comunidades también iría en contra de los principios de Conservation Internacional a los cuales adhirió Apple en su estrategia de remociones de carbono de acuerdo a un documento oficial de 2024.
Tanto Unique Wood como Apple fueron consultados sobre el uso de agroquímicos y el dictamen jurídico del Estado paraguayo previo a la publicación de este reportaje, sin respuesta hasta el momento.
Eucaliptos, al frente del plan del gobierno para recibir fondos climáticos
Además de los graves riesgos de contaminación que hay sobre los niños, a Hernán Alonso, director de la escuela, también le preocupa el riesgo de incendio de los eucaliptales. “En años anteriores hubo incendios y el humo vino para acá”, dice. Pese a la lluvia que había caído dos días antes de nuestra visita, a lo largo de las plantaciones persistían carteles indicando riesgo “alto” a “muy alto” de incendios.
Pese a las lluvias del día anterior, carteles de riesgo alto a extremo de incendios seguían apareciendo en distintos puntos de la Forestal Apepú, Paraguay. Fotografía: Nicolás Granada
El Fondo Arbaro reconoce en los informes de los eucaliptales utilizados por Apple que el fuego es un gran riesgo en las plantaciones forestales, como se pudo documentar en otros países como Chile.
Pero, en su informe a Verra, afirma que solo afectó entre el 0,6% de los eucaliptos de la Forestal Apepú y “menos del 0,5%” de los eucaliptos de la Forestal San Pedro. De acuerdo a un comentario deslizado sin querer por uno de los autores del informe de esta forestal a Verra, estos datos no se encuentran actualizados.
El riesgo de incendios forestales estuvo agravado por la persistente sequía que Paraguay vivió en los últimos 5 años, lo cual trajo como consecuencia la preocupación por el uso de agua, otro elemento conflictivo en las plantaciones forestales.
Los eucaliptales suelen estar establecidos de manera cercana a cursos de agua, debido a la necesidad de recursos hídricos para su crecimiento. Fotografía: Nicolás Granada
Pese a las preocupaciones de la comunidad y el uso de agroquímicos, el gobierno paraguayo de Santiago Peña apuesta de manera decidida a la expansión forestal como parte de su plan de crecimiento económico y de su apuesta por los créditos de carbono como modo de financiamiento climático.
El país ya avanzó en una controvertida ley - que no considera consulta previa a comunidades - y un acuerdo bilateral con Singapur bajo reglas del Artículo 6 del Acuerdo de París. El sector de plantaciones forestales apuesta que gracias a esto, el país podría alcanzar 3 millones de hectáreas.